jueves, 11 de enero de 2024

La creacion








Cuenta la leyenda que la Diosa Magte quiso ayudar al hombre.  

















No estaba segura cómo hacerlo pues cada vez que les hablaba su reacción era voluble y explosiva.  


Poseía el Don y la gracia de ver a través de todos los tiempos, y su fuerza provenía de la comunión con las otras diosas, así que hizo un consejo.


-Diosas del tiempo y del espacio, las he reunido hoy para expresarles mi     inquietud y mi angustia respecto al hombre. 


-Cuál es tu inquietud madre Magte?


-Mi inquietud es su gran letargo y estancamiento. Flotan en el cosmos sin preguntarse por qué, existen para cumplir sólo sus instintos naturales y no  escuchan la palabra que se ha establecido, no edifican ni se instruyen, no agradecen y no crecen. Que haremos pues para ayudarlos? 


-Necesitan un ser que permanezca con ellos todo el tiempo, si es tu visión madre Magte envíanos con ellos a un plano físico para que puedan vernos y escucharnos, nosotras los amaremos y los guiaremos uno por uno de vuelta hacia ti.


Magte conmovida les dijo.


-Estarían renunciando a su poder divino y solo viviría en ustedes como una promesa latente para guiarlas, no podrían escucharme salvo que escucharan muy profundamente dentro de ustedes mismas.



-Ellos están perdidos a merced de su propia naturaleza humana. Nosotras les ayudaremos haremos que nos amen y los amaremos. Los sostendremos con paciencia y esperanza hasta donde nuestra fuerza nos permita, abriremos los ojos y el alma de los hombre, lo llevaremos de la mano.


Magte habló


-Deben saber que no todos estarán dispuestos a venir con ustedes, se endurecerán y buscarán que ustedes también se vuelvan roca. No puedo prometer que no lo conseguirán.


-Tomaremos el riesgo- respondieron las diosas.


Magte envió a todas al plano del hombre y ellas, aunque olvidando todo, nacieron sabiendo que debían amarlos como a sí mismas y a veces incluso más.


La batalla continúa desde entonces, a veces ganan y a veces pierden, y Magte espera con esperanza el fin de los tiempos para hacer el recuento de los hombres llevados a la divinidad y el recuento de las diosas que no pudieron regresar por haber muerto en la lucha.


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