viernes, 12 de enero de 2024

El regalo de la princesa

Había una vez, en un reino muy muy cercano una princesa llamada Cameron.


Ella vivía en su hermoso palacio con su papá y su mamá.


Un día, sus papas la despertaron muy temprano por la mañana al salir el sol. 

Cameron hija, despierta, tenemos una sorpresa.

Hoy es tu cumpleaños y queremos darte un regalo.


La princesa se despertó de un salto. Froto sus ojitos y puso una gran sonrisa. 


Cierra los ojos, dijeron papa y mama. Y la guiaron con cuidado hasta el jardín de la entrada.


Ya puedes abrirlos!


Cuando Cameron abrió los ojos vio un hermoso y gallardo Pegaso parado justo frente a su palacio. ¡La princesa brincó de felicidad! Sus papas le dijeron, Cameron es tu regalo de cumpleaños, es un regalo muy especial, con el podrás llegar a donde tu quieras, pero hay una sola regla, siempre vuelve a casa antes del anochecer para cenar todos juntos.


La princesa llenó de besos a sus papas, les dio las gracias y se subió a su nuevo amigo. De inmediato el caballo blanco extendió las alas ¡y comenzó a volar por el cielo!  


¡Vamos a la playa! Dijo la princesa, y entonces el caballo empezó a correr por el viento rápido como una estrella. Llegaron al océano,  sobrevolaron las olas, y poco a poco bajaron a la arena. 

Cameron se sentía muy feliz, se quito los zapatos y los calcetines, y de inmediato se puso a correr sobre la arena dorada, en un instante estaba toda llena de arena y con el sol parecía brillar. 

De repente en la arena lejos del agua Cameron vio una roca con cinco puntas, se acerco para verla y la levanto con sus manitas.  ¿Pero que es esto? Y entonces la roca ¡se movió! La niña asombrada grito ¡pero si es una estrella! 


Empezó a caminar hacia el mar con la criatura en sus manos y cuando el agua le llego a la cintura con mucha delicadeza bajo a la estrellita al mar. Entonces la estrella sintiendo el agua en su carita le dijo, gracias princesa, me has salvado la vida, estoy en deuda contigo. Voy a decirte un secreto,  soy una estrella mágica, pídeme un deseo y se hará realidad.  Entonces La niña dijo, eres muy gentil querida amiga, y se exactamente que pedirte: deseo poder regresar a la playa y al mar desde donde esté con solo cerrar los ojos y pensar en ello.  La estrella estuvo muy complacida con el deseo de la princesa, sacó de sus picos un fulgor brillante y después de un segundo dijo, ¡será concedido! Y hundiéndose en la arena y el mar desapareció..


La princesa regreso a la playa contenta por haber ayudado a su nueva amiga, de repente el sol empezó a bajar al horizonte y el caballo relincho. ¡Princesa, el sol! Parecía exclamar.


Cameron recordó la promesa que había hecho a sus papas, ¡rápido! Grito al Pegaso, se subió a su espalda y el caballo brinco y extendió las alas volando de regreso a casa. 


Llegaron justo antes del anochecer, la esperaban sus papas con un gran abrazo.


Ven mi amor, dijo mamá, vamos a darte un baño, ¡estas cubierta de arena! Cameron rió mucho y dijo, mamá, papá! Tengo muchas cosas que contarles!

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